HARINA DE LENTEJA

   BENEFICIOS DE LA HARINA DE LENTEJA

 

 

 

Gracias a su contenido en fibra, ayudan ante enfermedades cardiacas disminuyendo los niveles de colesterol y grasas, facilitan la digestión ayudando al correcto funcionamiento intestinal y ayudan a los diabéticos manteniendo sus niveles de azúcar más estables.

Gracias a las vitaminas del grupo B y minerales como el zinc o el selenio le aportan un efecto antioxidante.

 

Al ser una buena fuente de hierro es bueno consumirlas para prevenir la anemia. Incluso ayudará como preventivo en las infecciones vaginales, ya que se ha comprobado que las mujeres con bajos niveles de hierro son más propensas a sufrirlas.

Son ideales en la alimentación de los niños y en personas que realizan deporte para que puedan tener energía suficiente; además de en personas mayores por su fácil masticación.

Son aconsejables para los vegetarianos, al ser buena fuente de proteínas.

Contraindicaciones

 

Las lentejas deben ser comidas con prudencia en casos de artritis, artrosis, arterioesclerosis y gota debido a la cantidad de ácido úrico y purinas presentes en su composición.

 

  1. 2 tazas lentejas cocidas
  2. 1 taza arroz integral cocido
  3. 1 taza verduras picadas (zanahoria, cebolla, pimentón y ajo)
  4. 2 cucharadas harina de garbanzos
  5. 1 cucharada aceite de oliva
  6. Aliños: orégano, merkén, sal, perejil picado, curry.

 

PASOS

  1. Una vez cocidas y frías las lentejas y el arroz (usé un poco que me quedó de otro día), juntar en un recipiente.

  2. Picar las verduras, yo usé un cuarto de cebolla picada en cuadritos, un cuarto de zanahoria rallada, un trozo de pimentón rojo en cuadritos y dos dientes de ajo picados finitos, sofreír por unos tres minutos y añadir a la mezcla anterior.

  3. Luego agregar las dos cucharadas de harina, el aceite de oliva, la sal y los aliños a gusto (es importante incluirlos para darle sazón). Como está todo cocido se puede ir probando la mezcla para verificar el sabor.

  4. Finalmente mixear o procesar la mezcla, de manera que se junte todo pero que no quede como puré.

  5. Armar las hamburguesas con las manos húmedas para que no se peguen y llevar a sartén o al horno con un poco de aceite y dándoles la vuelta para que se doren por ambos lados.

  6. Las que no usaré hoy, las envuelvo en plástico de cocina y las refrigero para otro día.